Frases de La magia de ser Sofia

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La magia de ser Sofia es una novela romántica de Elísabet Benavent, una autora con muchos seguidores en España.

La magia de ser Sofia es una historia entretenida, atrapante y sencilla.
Narrada a dos voces, la de Héctor y la de Sofia, enfatizando en la última.

Básicamente es una nueva historia de amor diferente sobre las conexiones entre seres que no se buscan y se encuentran. Sofía tiene tres amores: su gata Holly, los libros y El café de Alejandría. Sofía trabaja allí como camarera y es feliz.

Sofía no tiene pareja y tampoco la busca, aunque desearía encontrar la magia. Sofía experimenta un chispazo cuando él cruza por primera vez la puerta.

Él aparece por casualidad guiado por el aroma de las partículas de café, o tal vez por el destino. Él se llama Héctor y está a punto de descubrir dónde reside la magia.

La magia de ser Sofía, la primera parte de una bilogía que nos cuenta, con frescura y humor, lo que sucede cuando dos personas cargadas por el peso de las circunstancias se encuentran y descubren que la magia solo existe cuando se miran a los ojos.

Para los fanáticos y fanáticas de Elísabet Benavent, dejamos a tu disposición una selección de las mejores frases de la magia de ser Sofia. ¿Qué otras frases agregarías? ¡Coméntanos!

Y así fue como me convertí en el tipo de chica que creí que me había jodido la vida. Así entendí que juzgar no tiene sentido, que la vida no es o blanca o negra y que hablar del camino de otro si no lo has andado con sus mismos zapatos es absurdo.
Cuanto menos sueñes, menos decepcionante te parecerá la vida.
A veces la vida brilla más si la adornamos menos.
¿Cuándo aprenderemos que los años son solo años y que las cosas grandes deben venir cuando nosotros las busquemos?
Uno nunca cae en el mismo error dos veces. La segunda vez no está repitiendo una equivocación, está eligiendo.
El amor se encuentra cuando ya has decidido que lo mejor es no creer en él.
Era feliz con lo poco que tenía, que me parecía mucho. ¿Qué necesidad tenía de meterme en ese berenjenal que los optimistas llaman amor?
Y así fue como hicimos caliente una de las noches más frías del año. Él por su parte. Yo por la mía.
O pecamos de conformismo o de soñar demasiado. Nos enseñan a aspirar a más pero no a ser felices con lo que hay.
Los besos no tienen conciencia, no sé si me explico. Los besos son cosas que no piensan. Se sienten. Y si los piensas, dejan de existir.
La suerte es una cosa curiosa. Huye de muy lejos si siente que la persigues con demasiado ahínco. Hay que despistarla…, ir buscándola sin avaricia.
Voy a contarte un secreto, Sofía: tener pareja es solo una circunstancia de la que no podemos depender.
El Alejandria era un portal a un mundo donde a nadie le importaban las rarezas de los otros y eso me parecía de lo más mágico del cosmos.
No vivíamos en una película y en la vida real la gente se queda con lo que les da seguridad. El pasado es un viejo conocido con el que solemos sentirnos muy cómodos.
Las cosas por las que lloramos dicen de nosotros algo que es posible que nada más en el mundo, ningún otro gesto o palabra, pueda decir.
Dos personas que se debatían entre creer que lo que los demás opinaban era el camino correcto y defender la dirección hacia la que les encaminaban sus pasos.
Siempre he considerado la felicidad como una especie de balanza. Las cosas buenas y malas se van repartiendo a uno u otro lado y siempre podemos manipular el peso de las malas si nos tomamos la vida con la misma poca seriedad con la que ella nos toma a nosotros.
No pienses demasiado en todo lo que puede salir mal porque a la mala suerte no le hace falta que le facilites las cosas.
Podría decir que los libros son mis mejores amigos, pero caería en un tópico que me hubiese empujado al suicidio (…) Me gustaba leer por lo que nos gusta hacerlo a mucha gente… porque al abrir los libros siempre encontramos un viaje y una vida que suplantamos y que nos probamos como un vestidito en Zara, sin el inconveniente de que a mí jamás me sube la pu(ta)ñetera cremallera a la primera. Sí, puedo decir que durante años consagré mi vida a los libros y al café.
El amor no es universal, cada uno le da su propia definición y, con alguna, pueden rompernos el corazón.
Odio a los hombres. Quiero ser uno.

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